Si a una osa le intentas arrebatar a su cría recién nacida, se defenderá con todas sus fuerzas que, aunque yo no sé como serán afortunadamente para mi integridad personal a la cual aprecio en gran medida, supongo que serán muchas.
Luz Bartivas en su primer libro, El síndrome de mamá osa, nos cuenta esa aventura apasionante que es tener un hijo y que comienza ya antes de conocerlo y tenerlo entre sus brazos y que transcurre a lo largo de muchos años.
Luz Bartivas nos enseña como en una madre se despierta de forma inmediata el instinto de protección hacia su hijo, el cual va a acompañarla siempre como si fuera una verdadera osa.
Pero además de ese instinto de protección a su osezno u osezna, mamá osa y, por qué no, papa osezno, recorrerán un periplo lleno de innumerables situaciones, vivencias, alegrías, desconciertos, dudas, temores, ilusiones y preocupaciones, que a veces no vamos en un principio saber afrontar y que nos superarán, aunque con el tiempo y la práctica respiraremos al descubrir que son acontecimientos cotidianos muchas veces intrascendentes.
Luz Bartivas hace en El síndrome de mamá osa ese recorrido apasionante desde sus comienzos. Asistimos al nacimiento del hijo y los primeros terrores de una mamá novata, los primeros años, el drama de llevarlo a la guardería y separarse por primera vez de él, el primer colegio, el salto a Primaria, la llegada del hermanito y vuelta a empezar cuando todo empezaba a ir ya sobre ruedas, el paso a Secundaria y el horror al Instituto por los padres, y el aterrizaje en la adolescencia.
¿Es El síndrome de mamá osa un tratado sobre esa aventura que es la maternidad? Pues si, claro que si. Además Luz Bartivas sabe y conoce en sus propias carnes de lo que habla por su condición de madre y por su experiencia de muchos años en Asociaciones de Padres de la Escuela Pública. Pero no es un tratado ni tomista ni escolástico infumable y aburrido porque Luz Bartivas lo llena de momentos divertidos que salpican la lectura de tema tan serio e importante. Momentos que nos hacen pensar y sonreír, cuando no desternillarnos a carcajadas como me ha ocurrido a mi, con esas situaciones que la autora describe de fiebres, cacas, mocos, cólicos, abuelas, cuñadas, vecinas, amigas, la teta al aire, percentiles, eructos,celos de papá oso, parejas sin hijos, guarderías, uniformes escolares, elección de colegio, tacos, graduaciones, deberes, profesores, actividades extra escolares, regalos a la profe, institutos, fracasos escolares y adolescentes cargados de hormonas a punto de explotar.
Luz Bartivas engancha con su escritura y nos hace disfrutar. Tiene una forma de escribir clara, sencilla y coloquial. Luz Bartivas escribe muy bien, y no lo digo porque sea amiga mía sino porque yo siempre digo lo que me da la gana y ahora quiero decir esto porque así me lo parece y ha demostrado con este libro.
Es Volveremos a Macondo un blog dedicado a la narrativa y aunque El síndrome de mamá osa no sea una novela, está plagado de giros que te hacen leer sus páginas como si lo fuera. Un libro espontáneo y muy divertido que nos cuenta cosas muy serias como lo de que al colegio y al instituto se lleva a los hijos a que reciban una enseñanza, pero que está en manos de los padres la educación de ellos para que lleguen a hacerse independientes y sean trabajadores, inteligentes, solidarios, empáticos, justos y amables; en definitiva, unas personas buenas que merezca la pena conocer y de las que nos sintamos orgullosos y deje en ellos esa estela como ser humano solidario.
Luz Bartivas se estrena con un libro bonito como es El síndrome de mamá osa. No vamos a echar la culpa a nadie, nada más que a ella. Como buena mamá osa seguro que pronto nos engendra y pare otro gran libro.
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