San Sebastián, la capital donostiarra, la Bella Easo, la Perla del Cantábrico, Donosti, es una pequeña y preciosa ciudad de poco más de 185.000 habitantes, a orillas del mar en el norte de España y a veinte kilómetros de Francia. En el pasado fue uno de los más famosos destinos turísticos españoles, en especial por las clases altas y la aristocracia, por su bello paisaje, dominado por la bahía de La Concha, y un estilo arquitectónico moderno iniciado en la segunda mitad del siglo XIX que configuró una ciudad de corte francés y aburguesado. Fue fundada por el rey de Navarra Sancho el Sabio hacia 1180 en las cercanías del Monasterio de San Sebastián.
En esta bella ciudad transcurre durante las Navidades la primera novela de Laura Balagué, que reside en ella, Las pequeñas mentiras, Premio La Trama de novela negra en su primera edición y puesto en marcha en el marco del Festival "Aragón Negro" y convocado por Ediciones B con el objetivo de descubrir nuevos autores para su colección La Trama.
Cristina Sasiain, una mujer de la alta sociedad donostiarra, es asesinada en el interior de una lujosa peletería de su propiedad. La oficial de la Ertzaintza Carmen Arregui y su equipo formado por Iñaki, Lorena y Fuentes, son los encargados de esclarecer el asesinato para lo cual Carmen tendrá que sumergirse en el complejo entramado de relaciones de la víctima en su mundo de lujo, muy ajeno a ella.
Carmen Arregui investigará para descubrir al asesino recorriendo un San Sebastián, en el que no para de llover y nevar, repleto de gente que se lanza a sus calles para preparar las Navidades, aunque tendrá que seguir bregando en su propia vida familiar tan alejada al mundo de la alta sociedad en el que se ve sumergida.
Las pequeñas mentiras es una gran novela y Laura Balagué entra en la ya numerosa nómina de buenos autores de novela negra y policial contemporánea con la que ya cuenta en número y calidad nuestra literatura por la puerta grande.
Se nota claramente que Laura Balagué se divierte escribiendo en Las pequeñas mentiras que encierran el temor y el miedo en una trama que está llena de acción, tensión, ironía, con diálogos magistrales e impecables entre todos sus personajes, muy bien construidos por la autora que les transmite un alma y un corazón acercándolos mucho al lector que los reconoce como personas totalmente creíbles por su proximidad con él.
Maravillosa esta Carmen Arregui que quería ser bombera pero que no pudo serlo porque en su época no había mujeres bombero en España y se tuvo que conformar con entrar como policía en la Ertzaintza. Una mujer, madre de dos adolescentes díscolos y esposa de un profesor de instituto que la quiere y la ayuda en todo lo que puede en las tareas familiares, pese a que a veces no lo entienda del todo, porque ella tiene esos horarios tan intempestivos. Es una mujer inquieta y preocupada por los asuntos sociales y que no entiende muy bien el daño que pueden causar a los demás sus acciones y que está leyendo Una mujer difícil de John Irving porque no le gusta nada cambiar lo que le gusta y el primer libro de este escritor americano que leyó, El hotel New Hampshire, le entusiasmó. Una mujer con sentido del deber pero con unos sentimientos profundos y que comprende a la gente que bastante tienen con aguantar y sufrir en sus vidas con las pesquisas policiales, y que está orgullosa de sus jóvenes compañeros a sus órdenes, Lorena e Iñaki, que admiran a su jefa por su gran profesionalidad y humanidad, y que incluso es capaz de reconocer el trabajo bien hecho de su otro subordinado, Fuentes, patán y ordinario, al que nadie, ni ella misma, traga.
Fantásticos también son el resto de personajes y en especial, para mi, el corto papel de la anciana madre de Carmen, Mirentxu, cuando hace callar a su odioso yerno y cuñado de Carmen, aún mas patán que Fuentes, cuando éste se pone a despotricar en la cena familiar de Nochebuena de los inmigrantes que, en sus palabras, son chusma que llena el país y que viene a vivir del cuento, a chupar de las ayudas sociales y, encima, la mayoría son delincuentes en una escena genial y contundente en una anciana que gracias a lo que ha vivido pude decir con sabiduría eso de "No dices más que tonterías, Emilio. La gente siempre se ha movido para buscar comida. Mi tío se fue a la Argentina, tu padre vino de Zamora aquí y ahora viene gente de donde hay pobreza. No creo que sean ni mejores ni peores que los de antes".
Perfecta novela de Laura Balagué y perfecto debut con Las pequeñas mentiras, que con un argumento y una historia narrada con un ritmo vibrante escrito con ironía y sensibilidad describe con maestría los diferentes asuntos sociales y las pequeñas mentiras que rodean las vidas de las personas con una ambientación de San Sebastián impresionante y eficaz, con el descubrimiento apasionante de una Carmen Arregui que no debería terminar con esta gran novela que se lee con asombro de un tirón.
Carmen Arregui es una buena persona y tiene que estar tranquila aunque no las tenga todo consigo en este aspecto. Se lo dice su ama y se lo digo yo por si me puede escuchar.
Enhorabuena por partida doble a Ediciones B, por publicar estos grandes libros y por haber conseguido plenamente el objetivo propuesto para el Premio de novela negra La Trama. Laura Balagué nace para la literatura convertida en una excepcional autora escribiendo esta soberbia novela que es Las pequeñas mentiras.
©Juan Pedro Martín Escolar-Noriega