¿Puede el destino, ese fatum de los antiguos, dominar y dirigir nuestra vidas? Parece ser que Antonia J. Corrales tiene muy claro que es así en su última novela, As de corazones.
Bastian, el día que cumple los cuatro años de edad, y su hermana mayor, Samantha, de diez años, se quedan huérfanos al morir sus padres en un accidente de automóvil y son acogidos por sus abuelos maternos. Samantha que quiere mucho a su hermano, se vuelca en él y se convierte en una verdadera madre para el pequeño. Ya de mayor le paga a Bastian la carrera en la región de la Toscana en Italia. Un verano, siendo aún estudiante, Bastian conoce a una chica de diecisiete años que veranea en la zona con su madre y su padre adoptivo, Ayala. Y el amor surge entre ambos. Un amor tan grande que parece que nada ni nadie podrá poner fin, aunque estén condenados a encontrarse y perderse durante el resto de sus vidas. Y es que, como muy bien escribe Antonia J. Corrales, "hay tres cosas que no podemos dominar, que no podemos cambiar o alterar: nacer, morir y enamorarnos. Las tres son inmunes a nuestra conciencia, a nuestro raciocinio y a nuestra voluntad".
El amor de Ayala y Bastian está condenado y penado pero es fuerte como una tormenta que arrasa todo lo que se interponga ante ella. Un amor que puede deshacerse de repente como un huracán y renacer del mismo modo a través del tiempo una y otra vez.
Los tres protagonistas, Ayala, Bastian y Samantha nos van contando la historia de sus vidas en primera persona en una serie de capítulos cortos que llevan por título su propio nombre sin una estructura lineal ya que vamos yendo del presente al pasado y vuelta al presente. En ellos vemos y conocemos como viven cada uno de los acontecimientos de la trama desde su propio punto de vista, tejiendo una historia conmovedora y preciosa llena de pasajes que hacen encogerte el corazón con tantos sentimientos a flor de piel y emoción intensa.
Los tres se traicionan a si mismos. Bastian es un broker que suspira por ser escritor. Ayala es editora cuando su vocación es la pintura y viajar a África. Samantha es una enfermera que cuida niños en un hospital con gran cariño porque le gustan mucho que se niega a tener hijos pues fue una niña vieja que se convirtió en una madre niña.
La mayoría de los que aparecen en la novela se ocultan cosas. La madre de Ayala, que es madre soltera, le oculta a su hija la identidad de su padre biológico. Samantha oculta a Bastian la historia que provoca el desenlace del libro y que sobrevuela a lo largo de él con un halo de misterio. Bastian oculta a Ayala ciertas cosillas. Ayala oculta a Bastian su dirección. Pero todos lo hacen para no provocar daño a los que son sus seres más queridos y porque creen que la ignorancia es lo mejor para ellos. Pero ese destino, ese fatum de los antiguos, es inexorable y al final Ayala y Bastian tendrán plena conciencia de la situación.
Todo, absolutamente todo el libro es bonito Su portada llena de alegría, de luz, de colorido y de amapolas, "la flor que se parece más al amor: frágil, bella y anárquica como él". Su historia llena de escenas bellísimas, como la de la jirafa blanca que solo pueden ver los chamanes. Su magia reflejada en ese momento en que Bastian, ese muchacho de sonrisa ancha, clara y seductora, con unos ojos negros que parecen carboncillos, con pelo revuelto y despeinado, negro y liso, que le roza los hombros, lanza un beso al aire hacia Samantha y ella percibe que en ese momento todo desaparece alrededor de su hermano, el suelo se cubre de amapolas y, sobre él, cientos de lapiceros empiezan a rodar hacia los pies de ella cubriéndolos, cuando le va a despedir al aeropuerto al partir por primera vez hacia Italia a estudiar y a darse de bruces con ese destino omnipresente en toda la novela.
Pero claro, todo esto no podría ser posible sin las manos de escritora de Antonia J. Corrales. Manos que miman las frases. Manos que cuidan y acarician las palabras. Manos que escriben maravillosamente una historia que me ha llenado plenamente y que me ha llevado a sufrir, sonreír, emocionarme, llorar, amar y conmoverme junto a a estos tres personajes que se han convertido para mi ya en inolvidables.
¿A quién no le gustaría conocer su destino? Nadie puede burlarlo y llega más tarde o más pronto. A todos nos gustaría conocerlo, como a Ayala que le suplica a Melquiades, el genial gitano que pasea por las calles de mi Macondo del alma y guarda el secreto de Cien años de soledad de la familia Buendía, que le entregue los folios donde está escrito su futuro.
El destino ha sido espléndido conmigo por acercarme a Antonia J. Corrales y a su original, increíble y esplendida As de corazones. Impenitente, ávido y querido lector, enamorado como yo de la mejor literatura, lucha porque tu destino te ponga en tu camino As de corazones, no sea que no lo tenga así escrito y no te cruces con esta novela y te la pierdas. Intenta burlarlo y lee este maravilloso libro. Claro que en tu destino si está escrito el que algún día ibas a leer esta reseña llena de cariño hacia esta autora por lo que me ha hecho disfrutar, y tú también te conmoverás y apasionarás con As de corazones, con Samantha, con Bastian y con Ayala. Corre a la librería por él.
©Juan Pedro Martín Escolar-Noriega