En el escenario de la novela negra o policíaca española, aparece una nueva pareja, Valentina Negro y Javier Sanjuán, protagonistas de Crímenes exquisitos de Vicente Garrido y Nieves Abarca.
Para empezar, tengo que confesar que tenía pendiente este libro desde hacía bastante tiempo, pero siempre me echaba atrás ante su grosor de ochocientas páginas de letra pequeña y apretada. Craso error el mío.
Otro aspecto que lo fuera atrasando en comenzar su lectura era el estar escrito por dos personas. Segundo craso error el mío.
El caso es que este verano por fin me decidí. Y fue abrir el libro y empezar a leer su prólogo para tener la sensación esa tan agradable de que no puedes dejar de leer y de que te has enganchado a la historia totalmente, gracias al ritmo tan ágil que utilizan los autores.
Dos jóvenes aparecen muertas en dos ciudades diferentes: Lidia Naveira en La Coruña y Patricia Janz en Londres, Los escenarios donde aparecen sus cuerpos recuerdan pasajes artísticos. El cuadro de Ofelia de Millais en la ciudad gallega, y la muerte de Lucy en Drácula de Bram Stoker en la capital inglesa. Y ahí da comienzo la vorágine que te deja sin aliento y que te hace devorar las páginas sin descanso, descubriendo un mundo oscuro de maldad, sexo, sadomasoquismo y corrupción, absolutamente original en el mundo literario español que te deja el cuerpo en un total desasosiego.
En Crímenes exquisitos vamos a conocer, como ya he dicho, a la inspectora de la Policía Nacional de La Coruña Valentina Negro y al criminólogo valenciano Javier Sanjuán. Ella es joven, atractiva y muy trabajadora, aunque en su vida personal los demonios la acechan. Él es famoso y muy conocido. Ambos forman una pareja explosiva capaz de desentrañar los misterios y enigmas que corren por las páginas por las que desfilan asesinos en serie, redes de trata de blancas y prostitución, expolios fruto de la corrupción, sexo en batería, drogas, organizaciones secretas, periodistas sin escrúpulos, buenos hasta cierto punto, malos malísimos... que se suceden sin descanso en los ochenta y dos capítulos, prólogo y epílogo de la novela, dentro de una espiral enloquecida que no da tregua al lector que va descubriendo asombrado los continuos giros y sorpresas que le va deparando la historia. la cual se va deslizando de forma macabra y absolutamente genial hacia un final espeluznante.
He tenido mucha curiosidad por saber qué parte de la novela está escrita por Nieves Abarca y cuál por Vicente Garrido y me ha sido imposible. Doble mérito, ya que la línea argumental es totalmente homogénea, no pareciendo estar escrita por dos personas, máxime cuando trabajan separadas por tantos kilómetros de distancia la una de el otro.
Libro absolutamente recomendable que no dejará a nadie indiferente. Me relamo de gusto ante la segunda aventura de Valentina Negro y Javier Sanjuán, Martyrium, que ya se haya en mi poder, y esperando la publicación de la siguiente, El hombre de la máscara de espejos, que nos tienen prometido para dentro de muy poco.
Querido lector, no cometas el error que yo cometí. No te de miedo el grosor del volumen. Corre a leer Crímenes exquisitos y disfruta. Ahora pienso que por qué no tenía muchas más páginas.
©Juan Pedro Martín Escolar-Noriega