Lo dije hace un tiempo ya. Existe una serie de jóvenes escritores que a falta del respaldo de una editorial que les promocione han decidido darse a conocer autopublicándose. Yo esto no se si es bueno o no, pero de lo que si estoy seguro es que es un fenómeno muy interesante que nos permite a todos los que amamos la literatura, y en especial la nueva narrativa española, descubrir talentos que sin su valentía no podríamos descubrir todo lo que nos quieren contar. Y eso me ha pasado con Un lado oscuro de la luna de Sergio Espada Martín. Sigo teniendo la misma opinión. Si esto sigue así con el tiempo volveremos a tener una escuela importante a la que ya vamos a tener que ir poniéndole un nombre.
Un lado oscuro de la luna es la historia de Pablo, quien, a sus veintisiete años está a punto de ver publicada su primera novela después de ganar un concurso literario al que ignoraba que se había presentado. Y aunque debería ponerse a trabajar en su segunda novela, Pablo tiene otras cosas en las que pensar: la convivencia con Lucía, su novia, está empezando a caer en la rutina tan solo unos meses después de haber comenzado y esto provoca los primeros desencuentros entre ambos. Además, su Abuelo, un personaje vital en su vida, está gravemente enfermo en el hospital. Así las cosas, Pablo es incapaz de elaborar algo que se parezca siquiera a una historia por lo que se limita a reflexionar en textos inconexos sobre su existencia. Rememora su tormentosa infancia, donde sólo su imaginación y la camaradería con su hermano le salvan del tormento de ser objeto de las burlas de sus compañeros. Recuerda los confusos días de la adolescencia: los primeros amigos de verdad, las noches de los viernes, las borracheras, la indiferencia de las chicas… Evoca con nostalgia sus primeros años de universitario y como la aparición de Irene en su vida le transformó para siempre. Y mientras escribe sobre todo esto, los acontecimientos se van sucediendo a su alrededor: su Abuelo empeora, Pablo se enfrenta a las primeras dudas sobre el futuro de su vida en pareja, a lo que contribuye el reencuentro con alguien de su pasado que, además, le revelará una terrible noticia sobre Irene. A partir de ahí todo se precipita y Pablo deberá enfrentarse a difíciles decisiones que determinarán quien va a ser en el futuro más inmediato.
El libro, como poco, entretiene. Pero es mucho más que un libro entretenido. Sergio Espada Martín dice que se puede hacer literatura de las cosas más cotidianas y a fe que en este libro lo consigue. Y, por si fuera poco, buena literatura. Un relato corto pero potente, muy potente, con un estilo novedoso realizado de forma brillante y que a veces me ha recordado a Saramago. Pablo es el personaje del libro aunque a su alrededor desfilen muchos más. Él es el verdadero y único protagonista. Él nos habla en primera persona. No hay ningún diálogo aunque con ese estilo narrativo basado en lo que nos va contando sin que nadie excepto él hable nos vamos adentrando en la historia.
"¿Y qué tal te están tratando por aquí? Bueno, ya sabes que los hospitales no es el mejor sitio para hacer amigos pero no creo que se atrevan a ser groseros, ¿a qué no? Por lo menos no más de una vez, que yo sé que a la primera que te vengan con alguna chorrada les vas a poner firmes y en su sitio y sin ser maleducado, porque hay mucha gente que confunde la autoridad y tener carácter con la mala educación y la grosería y entonces vienen los gritos porque se creen que pegando cuatro alaridos y diciendo un par de palabras fuertes ya se van a hacer respetar cuando lo más que conseguirán es que uno se calle para no escuchar sus ladridos. Pero yo sé que tú no eres así, que tú eres capaz de poner firme al Comandante en Jefe del Estado Mayor si hace falta y si es que existe un mando así, que yo de jerarquías militares no tengo ni idea, ya lo sabes, ni ganas, y que lo haces, lo de ponerle firme, sin tener que alzar la voz y sin decir una palabra malsonante, sin levantarte de la cama, vamos. ¿Quieres que te coloque la almohada? ¿Así? ¿Mejor? ¿Un vaso de agua? Sí, claro, espera, que voy a por él. Toma, aquí tienes. Pues lo que te decía, Abuelo, que ya les advertiré yo que, por su propio bien, más les vale tratarte con corrección, que tú no has venido aquí a hacer amigos pero tampoco a que te chulee un niñato impertinente. Y que eres una persona mayor pero no estás sordo. Qué manía tienen todos los enfermeros de hablar a gritos a la gente mayor."
Y de esta manera tan original nos vamos metiendo en la historia con un lenguaje coloquial y muy ameno. Pero Pablo nos habla así cuando nos cuenta el presente. Para el pasado usa una manera más formal, siempre en primera persona. Y entre pasado y presente nos vamos introduciendo en la trama que nos va absorviendo y queremos seguir sin parar hasta descubrir como va a terminar esta historia cotidiana, quizás insulsa y hasta vulgar, pero apasionante que nos llevará a un desenlace que a mi me sorprende y me hizo dibujar una sonrisa en sus últimas líneas aunque el final no sea todo lo redondo que se merecía el libro. Pero como es una novela corta si que nos quedamos con ganas de saber que más le ha ocurrido a Pablo una vez acabado el libro.
Sergio Espada Martín dice que su escritor favorito es Paul Auster pero que Un lado oscuro en la luna lo escribió antes de leer nada de este genio que descubrió después, lo que nos augura que ese lado oscuro de la luna va a brillar como un sol de agosto en sus próximos relatos. Estaremos atentos y expectantes.
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