lunes, 16 de febrero de 2015

Gótica y erótica


No es un género el erótico que me guste porque me resulta aburrido. Tampoco es un género el gótico porque, no sé como decirlo, me atraiga en especial.

Acabo de leer un libro de un autor de mi ciudad, Dioni Arroyo Merino, titulado Gótica y erótica. ¿Qué me atrajo de él? ¿Su portada? Paso de portadas ya que lo que me interesa es lo que hay dentro. ¿Su temática? Ya he dicho que son temas que tampoco me atraen. Seguramente ha sido el que el autor sea de esta ciudad, Valladolid, que tanto está necesitada de manifestaciones culturales.

Gótica y erótica me ha gustado y divertido. ¿Es un libro erótico? Definitivamente si. Pero es un libro erótico cuando menos sorprendente y en esencia elegante. Hay una frase en la novela que dice que lo importante de un relato erótico para que no se convierta en pornografía pura y dura es que tenga un argumento. Y Gótica y erótica argumento tiene, ¡vaya si lo tiene!

Marco es un personaje atormentado desde que se quedó viudo al morir su mujer, Penélope, en un accidente. No tiene problemas económicos por la indemnización del seguro y por la pensión de viudedad que recibe, pero no se encuentra nada bien. No puede olvidar a su mujer pese al tiempo transcurrido y no aguanta a sus suegros demasiado pendientes de él y que no le dejan un mínimo de tranquilidad que le permita rehacer su vida, y quiere conseguir un trabajo donde siempre ha sido el sueño de su vida que es en la radio.

Acude a una entrevista lejos de su ciudad, Santander, donde una emisora local busca llenar algunas horas de la madrugada con un programa original que atraiga oyentes. Habla con su director, Antonio, que no considera adecuado el programa de Marco. Cuando finaliza su entrevista conoce a Sandra, una mujer joven y muy atractiva que también acude a hacer una entrevista por el mismo motivo que él.

Marco es consciente que nunca conseguirá el trabajo y decide volver a su ciudad al día siguiente. Por la noche se encuentra de nuevo por la calle con Sandra que le comenta que su proyecto le ha gustado mucho a Antonio. Se trata de grabar una serie de programas eróticos para lo que se necesitan un par de locutores, hombre y mujer, por lo que había pensado que fuera Marco quien la acompañara. Como son contratados los dos, Marco alquila un piso viejo y destartalado y poco a poco va descubriendo en él una presencia fantasmal, Leonor, que habita también allí.

A lo largo de varias semanas, el amor y el deseo aterrizarán en la vida de Marco. Leonor será un mar de sentimientos encontrados, un amor que atraviesa la frontera de la vida y la muerte. Sandra será un océano de sexo a flor de piel desbordante y toda la obscenidad que una mujer puede ofrecer. Todo un ambiente erótico y gótico con sus dosis de suspense e intriga.

Vamos a ver a un Marco atormentado por sus recuerdos pasear por un Santander especial y espectral, lleno de dolor por la pérdida de su mujer y donde se mezcla el amor, el erotismo y el misterio de Leonor, a la que decide ayudar y de la que termina enamorándose.

Sandra es el contrapunto a Leonor. Es una mujer con un gusto muy claro por el sexo con quien sea y en cualquier sitio, capaz de manejar con su físico espectacular a cualquier hombre a su antojo.

Dioni Arroyo Merino promueve la cultura en Castilla y León y en Valladolid con la creación de varias asociaciones y ha escrito esta Gótica y erótica en una colección de libros que hablan de la visión masculina del erotismo mezclando sabiamente el cóctel con ese ingrediente de cuento de terror, en un mundo éste prácticamente copado por escritoras dando una visión diferente al género y, ¿por qué no decirlo?, dignificándolo en estos tiempos repletos de sombras y otras ínfimas novelas sobre este tema.

Tengo que dar las gracias a Dioni Arroyo Merino por esa lucha emprendida por la cultura en mi ciudad y por haber escrito esta breve novela que es Gótica y erótica.

Gótica y erótica sorprende por su argumento y queda patente, como dice su autor, que si se había desarrollado el instinto del placer en nuestros cuerpos, era con un objetivo más que evidente: gozar para ser felices. Con Gótica y erótica, Dioni Arroyo Merino nos hace gozar con buena literatura con su escritura clara, sencilla y, no me cansaré de decirlo, muy elegante pese a lo escabroso del asunto.

©Juan Pedro Martín Escolar-Noriega

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