miércoles, 21 de mayo de 2014

La cocinera de Himmler - Franz-Olivier Giesbert


Rose es una anciana de 105 años. ¿Una cándida abuelita? Todo lo contrario. Es una anciana de armas tomar que durante toda su vida ha sufrido lo indecible y que ha perdido a todos sus seres queridos en situaciones trágicas. Una mujer de 105 años que no cree más que en el amor, la risa y la venganza. Una cocinera superviviente al genocidio armenio, capaz de guisar para Himmler y de enfrentarse cara a cara con la Revolución cultural de Mao. Una auténtica heroína. He aquí la hilarante epopeya de Rose, una cocinera que nunca le ha temido a nada y que ha sobrevivido a las barbaries del siglo XX (el genocidio armenio, los horrores del nazismo y los delirios del maoísmo) sin perder el humor, el deseo de sexo y el afán de venganza: los tres pilares de la felicidad en su particular credo. A los ciento cinco años aún regenta su famoso restaurante en Marsella, guarda una pistola en el bolso y no puede evitar los pensamientos eróticos cuando se cruza con algún tipo interesante. Esta singular cocinera, marcada por dos hombres y un siglo, se toma la justicia por su mano matando a sus enemigos suavemente.

Esta es la historia que se nos narra en la novela La cocinera de Himmler de Franz-Olivier Giesbert. Rose nace en Armenia en 1907 y pese a sus 105 años tiene una mente absolutamente lúcida y brillante que como piensa que lo más fácil es que se va a morir pronto decide volverse interesante y se pone a escribir sus memorias para intentar demostrar que no somos muertos vivientes y que todavía tenemos cosas que decir... al recibir una carta desde Alemania donde se le comunica la muerte de una tal Renate Fröll de la que más adelante tendremos noticias sobre quién es.

Conoceremos que a los siete años perderá a toda su familia en el genocidio de los turcos al pueblo armenio al que sobrevivirá milagrosamente.  Sobrevivirá también a la I Guerra Mundial. Formará una familia que también será asesinada en los campos de concentración nazis. Conocerá a Himmler, comandante en jefe de las SS, en el pequeño restaurante que regenta en París e irá con él a Alemania en busca de su marido y de sus dos hijos. Conocerá a Hitler en su Nido del Aguila. Trabará amistad con Jean Paul Sartre y a Simone de Beauvoir. Viajará a Estados Unidos y a China donde será víctima de la Revolución Cultural de Mao. Y volverá a regentar en Marsella un nuevo restaurante.

Asistimos pues a un gran fresco de todo el siglo XX. Ese siglo donde se calcula que se eleva a 231 millones el número de muertos provocados por conflictos, guerras y genocidios. Ese siglo en el que tuvo lugar el exterminio de los judíos, el de los armenios, el de los tutsis. Sin mencionar las matanzas de comunistas, anticomunistas, fascistas y antifascistas. Se sucedieron las hambrunas políticas en la Unión Soviética, en la China Popular o en Corea del Norte, que diezmaron a una población supuestamente rebelde. Los sesenta o setenta millones de víctimas de la Segunda Guerra Mundial, provocada por Adolf Hitler, que inventó la industrialización de las masacres. A todo ello hay que añadir el resto de infamias, como en el Congo Belga, en Biafra o en Camboya. Ese siglo en el que el palmarés del horror, Hitler, Stalin y Mao figuran en los primeros puestos, con decenas de millones de muertos en su haber. Gracias a la complicidad de sus aduladores, intelectuales o políticos, pudieron aplacar su sed de sangre y ejecutar con todas sus ganas tantos sacrificios sobre el altar de su vanidad.

Y Rose viajará por él con su salamandra Teo, un nuevo Pepito Grillo, y su lista donde figuran aquellas personas que le han hecho daño y que irá vengándose de ellas poco a poco con un lenguaje lleno de humor y un descaro que hacen de esta novela literalmente sobresaliente, un relato revelador de la condición humana más repugnante y a su protagonista en un ente de ficción memorable, que cree que el mal engendra el bien de una forma divertida, cínica y generosa, alegre, sensual y ambiciosa. rLa cocinera de Himmler de Giesbert primero toma el color de la tragedia para luego convertirse en una novela picaresca, llena de aventuras ideadas por una imaginación salvaje. Giesbert tiene un innegable don para la elección de la palabra justa y para el retrato mordaz. Esta cocina narrativa es decididamente rica en sabores, con agilidad y con ritmo.

Rose se convierte en una protagonista única y excepcional que hará que el lector se sienta totalmente identificada con ella. Pero la novela, que narra acontecimientos tan trágicos, es un canto a la esperanza donde Rose nos da sus preceptos básicos o mandamientos que la han permitido llegar a edad tan longeva: vivid cada día como si fuera el último, olvidadlo todo pero no perdonéis nada, vengaros los unos de los otros, desconfiad del amor pues se sabe cómo se entra pero no cómo se sale, no dejéis nunca nada en vuestro vaso, ni en vuestro plato, ni a vuestra espalda, no dudéis en caminar contra corriente ya que sólo los peces muertos la siguen, moríos vivos, y dejad a un lado vuestro amor propio pues si no, nunca conoceréis el amor. Sólo así el día vendrá. No os preocupéis. Todas las mañanas se presenta. Basta con abrir los ojos.

"La vida es como un libro que se aprecia, un relato, una novela, un ensayo histórico. Nos encariñamos con los personajes y nos dejamos llevar por los acontecimientos. Al final, ya lo estemos escribiendo o leyendo, no queremos terminarlo. Ése es mi caso. Tanto más teniendo en cuenta que me quedan muchas cosas por hacer y decir. Sé que mis labios continuarán siempre en movimiento, incluso cuando estén mezclados con la tierra, y que continuarán diciendo sí a la vida, sí, sí, sí..."


viernes, 16 de mayo de 2014

Zero Café - Juan Pedro Martín Escolar-Noriega


Acabo de bajar esas escaleras del Zero Café desde del servicio. Esas escaleras que fueron las últimas que bajaron Marifer en su vida en Memento mori para encontrarse con Augusto mientras sonaba Sirena varada de Héroes del Silencio que Paco Dvt había pinchado. Antes no he podido resistirme y, aprovechando que el garito preferido de Augusto Ledesma y el único sitio, donde según él, ponen buena música en todo Valladolid, estaba prácticamente vacío a esas horas, he entrado en el baño de las chicas para hacer esa fotografía inquietante que te recibe una vez traspasada la puerta.

¿Vio Marifer esa fotografía cuando entró? Ella que nunca había estado en ese bar y que después de discutir con su novio dirigió allí sus pasos para, como broma macabra del destino, encontrarse en pocas horas tendida ya sin vida entre los matorrales del parque Ribera de Castilla. Si se fijó en ella ¿qué pensó?. Enciendes la luz y de repente de tus peores sueños aparece esa imagen de dos mujeres decimonónicas que fijan su mirada en ti mostrando sus bocas llenas de sangre invitándote a salir corriendo de allí, mientras la luz de la pared a la que miran condenadas se refleja en el cristal.
Miro ahora en casa esta fotografía que anoche hice y me inquieto aún más. Veo reflejadas también mis manos como en una escena de efectos parapsicológicos y fantasmales que seguramente tiemblan dejando la imagen en un escorzo, seguramente debido a que no puedo apartar mis ojos de esos vestidos negros coronados de esos cuellos blancos teñidos de rojo y de esos peinados simétricamente separados por una raya que parece el certero golpe de un hachazo.

Bajo despacio la escalera y mis ojos abarcan la sala del Zero Café ténuamente iluminada por detalles de luz roja que cargan de energía las zonas muertas, mientras que destellos de luz azul rompen tímidamente el espacio del bar creando rincones donde antes solo había oscuridad y los candelabros sobre la barra y las lámparas colgando del techo que le dan un toque gótico que roza lo siniestro. Alzo mis ojos y en el techo del local reina el Tetsujin 28 Go, ese robot que algún turista japonés ha querido comprar. Termino de bajar y dirijo mis pasos a la barra en la que me espera el gin tonic que Luis minutos antes me ha servido para continuar mi charla con Paco Dvt.




 El Zero Café tiene ese ambiente gótico e inquietante pero Augusto Ledesma tenía razón. Buenas bebidas, excelente música y mejores dueños, razones más que suficientes para que cuando pases por Valladolid no dejes de pasar por él y, si no hay mucha gente, no dejes de hacer una visita al servicio de las chicas y, si eres capaz de ello, te pares un momento ante ese cuadro que te recibe invitándote a una orgía de sangre mientras te paras a reflexionar que pasó por la mente de Marifer cuando bajaba esas escaleras camino de su final mientras Sirena varada de Héroes del Silencio flotaba en el ambiente.

Claro que eso solamente nos lo puede responder César Pérez Gellida.



jueves, 15 de mayo de 2014

Betsabe leyendo - Sofía París



La familia Aponte alquila un piso en la calle Camelias de Málaga. Días después el casero les regala un cuadro titulado “Betsabé leyendo”, pintado, según les dice, por Rembrandt. Los Aponte cuelgan en cuadro en el salón del piso. Los primeros días el matrimonio no puede evitar percatarse de la presencia del cuadro. Hay una aureola misteriosa en ese cuadro que les obligaba a fijarse constantemente en él. La tal Betsabé no parece que esté posando para el retratista, más bien semeja una fotografía captada furtivamente, sin permiso de la lectora que en ella aparece. Toda la vida del matrimonio comienza a relacionarse extrañamente con el misterioso cuadro…

Éste es un libro extraño. En este libro se cuenta la historia de una familia cuyos integrantes desde el principio de los tiempos nacen, se casan y mueren en domingo. En este libro viajamos por Málaga, Mataró, el Valle de Arán Estados Unidos y Holanda. En este libro nos encontraremos con un cuadro de Rembrandt posiblemente falso o seguramente auténtico. En este libro nos encontraremos con Amador, Esperanza, Julio, Antenor, Naiquen, Marta, Silvia, Evaristo, Benjamín, Alejandro Magno, Rembrandt, Hendrickje, Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy. En este libro hay alquimia en una moneda de una aleación desconocida que es capaz de curar enfermedades.

Betsabé leyendo de Sofía París es una novela cuanto menos extremadamente original que hace unos días me encontré en una edición Kindle y que me puse a leer con curiosidad. He buscado por todas partes datos de la autora y no he conseguido encontrar nada por lo que este libro tiene aún más un aura de misterio. Nos cuenta la historia de varios personajes entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado que se entrelazan como una tela de araña en una trama bien escrita y muy entretenida a lo largo de cuarenta capítulos.

"Aquella madrugada de domingo, todos los vecinos del bloque transitaban por el piso de alquiler que tenían los Aponte en la calle Camelias. Los ojos de la mujer del cuadro, que pendía cómodamente en el comedor de la vivienda, no paraban de seguir a todos los que se acercaron hasta el caluroso piso. El ajetreo era incesante. La cotilla del primero, el viudo del ático, los jubilados del rellano y hasta aquel matrimonio con cinco hijos que nunca les dejaron hacer la siesta el domingo, estaban dentro del comedor. Apiñados. Todos querían ayudar de una forma u otra. La comadrona, Doña Ángela, solicitó silencio a los presentes y sacó al rellano a cuantos hombres había en la casa."

La autora escribe con un estilo muy fluido y de fácil lectura lo que hace adentrarte en la historia que sigue un ritmo constante del que no logras desengancharte pese a que los personajes van y vienen mezclándose en la narración. Una novela incalificable pero que me ha dejado un poso de verdadera satisfacción. Espero que pronto volvamos a ver algo de Sofía París y que descubramos de quién se trata. Desde luego Betsabé leyendo me ha parecido una obra bella como lo es su cuadro protagonista y tan inquietante y extraña como él. Las historias siempre tienen un principio, desarrollo y final; aunque no necesariamente en ese orden.

viernes, 2 de mayo de 2014

La estrategia del pequinés - Alexis Ravelo


En mi reseña de La última tumba ya dije que Alexis Ravelo era un grande de la novela negra española. La lectura de La estrategia del pequinés me lo ha confirmado plenamente.

El Rubio dejó de delinquir hace décadas, pero la grave enfermedad de su mujer le hace replantearse las cosas cuando Júnior, un distribuidor local de cocaína, le propone atracar al testaferro de sus jefes en Gran Canaria. Para organizar el asalto, no le costará seducir al Palmera, un parado de larga duración cuyo sueño es abrir un bar, y a Cora, una prostituta de lujo que sospecha cercano el momento en que se esfumen sus encantos. La estrategia del pequinés es mostrarse fiero y aprovechar cualquier despiste del adversario para atacar y huir. Eso será lo que hagan los protagonistas de esta novela cuando descubran que le han pisado la cola a un tigre y se vean inmersos en una persecución frenética en la que irán dejando un rastro sangriento. Parados cincuentones, escorts venidas a menos, narcos, policías corruptos y blanqueadores de dinero pueblan esta novela negra de alto voltaje, una dura historia coral sobre perdedores en la que lo importante no es saber quién es el asesino.

Y nos damos cuenta de que estamos ante una gran obra literaria desde las primeras líneas. Nos vamos a encontrar con una serie de personajes que han sido maltratados por la vida y que son perdedores natos. Parece que nada les sale bien en esta vida que les ha tocado vivir. Junior, un traficante de medio pelo pierde una partida de droga y no tiene para poder pagar al Turco por lo que decide robar al entramado de empresas del propio Turco que se dedican a blanquear el dinero. Para ello contacta con el Rubio que forma su propia banda formada por el Palmera y Cora. Lo que parece un golpe fácil y perfecto de repente se convierte en un verdadero infierno. Y es que como he dicho todos son unos perdedores: Junior un macarra de medio pelo, el Rubio que necesita dinero para tratar la enfermedad de su mujer, Palmera un cincuentón divorciado y parado desde hace años que quiere poner un restaurante y nadie le presta dinero para hacerlo y Cora una prostituta de lujo que quiso salir de ese mundo fracasando y que ve como sus mejores tiempos van quedando atrás.

Y precisamente son los personajes de La estrategia del pequinés lo mejor de la novela. Están perfectamente dibujados con una gran maestría y un infinito cariño por Alexis Ravelo. Hay villanos que son muy malos y dan miedo, y buenos que son superados por la aventura en la que se han embarcado que les supera por todos los lados, pero todos y cada uno tienen su lado humano que nos escupen con desesperación a la cara. Hay violencia y amor dentro de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria dibujada en sus ambientes más sórdidos, telón de fondo insuperable para esta historia triste en la que deseas que ganen los buenos aunque no lo sean tanto. Alexis Ravelo juega con todos ellos magníficamente en una trama perfecta que poco a poco te lleva a un desenlace hasta cierto punto inesperado en una vorágine de continuos giros inesperados haciendo que la lectura te enganche de tal manera que según avanza la novela desees por una parte llegar al final para ver como acaba pero al mismo tiempo no quieras que termine.

La novela negra es un mundo en que Dios no existe, los individuos están solos y tienen que elegir, no pueden echar la culpa a nadie porque tu eres así y así tienes que seguir. Frente a tanto psicópata que mata por placer, Alexis Ravelo nos muestra un mosaico de gente que delinque por necesidad, dinero, dolor o venganza que son los motivos habituales de la gente. Y en La sombra del pequinés ocurre todo esto dentro de una historia que divierte y entretiene pero que al mismo tiempo lleva al lector a preguntarse sobre la realidad y sobre esa fatalidad que inmisericorde se masca en el ambiente y que sabes que se va a producir porque ya no es posible la marcha atrás.

Alexis Ravelo me ha vuelto a sorprender. Es un autor que, como dice él, desde ese pequeño rinconcito de Europa al lado de África nos hace amar aún más la literatura porque su literatura es muy buena y La estrategia del pequinés es un monumento de la nueva novela negra española.